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Este post sí que va adquiriendo "cuerpo".JMLA, no te preocupes que no me molesta en absoluto lo que dices, lo entiendo siempre como algo constructivo y yo mismo ya me las he diseccionado en muchas ocasiones y lugares incluyendo en mi propia mente, pero pienso que la personalización en la fotografía claramente es una importante parte del tema porque si no estaríamos hablando de buscar setas por ejemplo, aunque es un mal ejemplo hablar de las mías, la verdad es que no me gusta siempre hablar de los clásicos que ya están muy vistos, creo que es mejor hablar de compañeros prolíficos o que incluso no siéndolo tengan buenas obras, por eso antes mencionaba de fotógrafos noveles muy buenos que rondan por el mundo sin reconocimiento alguno y que sin embargo merecerían estar en primeras líneas de fuego.Es raro en los foros entrar en profundidades a este nivel, de echo no recuerdo ahora mismo ningún post en ningún foro en el que se hable como se esta haciendo aquí, en estos dos o tres post recientes y en alguno que pueda promoverse en breve.Eskype ha tocado otro, dos, puntos muy interesante sobre todo esto, habla del aburrimiento y la sensación de indiferencia que causa moverse siempre en las mismas zonas y viendo las mismas escenas, y esto es curioso porque si cambiamos a otros lugares o mejor aún a otros países nos encontramos en seguida inmersos en una vorágine de fotografías, o de escenas, que nos abordan como martillazos allá donde miremos y es curioso que si nos hacemos acompañar ese mismo día de otro fotógrafo que dispara veremos al final de la jornada que hemos tenido delante excelentes situaciones fotografiables que no hemos podido o sabido ver mientras que la otra persona ha captado maravillosas tomas en la misma zona, y viceversa.Yo creo que esto es fruto de las malas jugadas de nuestro pensamiento de que allí ya lo hemos visto todo cuando eso es por definición una gran mentira, cada día, cada instante y cada luz es diferente a la anterior y a otras que llegan, si ponemos la cámara sobre el trípode sin moverla del lugar y hacemos una toma cada 10 minutos (para no hacer muchas) al final del día veremos que eso es así, y no digo ya nada si además cambiamos de ángulo.Y el segundo tema que eskype ha tocado es el de la cantidad de disparos que hacemos al final del día, estoy seguro de que más de un compañero no hace ninguna fotografía al final de muchas jornadas en la calle, a mi desde luego también me pasa. Primero corrí el mundo con film, luego investigue eso del digital cuando apareció, y allí descubrí que podía hacer muchas fotografías y luego elegir, pero empecé a perder ojo porque solo me fiaba de que entre las que hacía llevaba una buena, era un error, también empecé a descubrir que en ese mundo digital tan facilón estaba empezando a perder mis habilidad y conocimientos, o a olvidarlos porque aquella maquinita diabólica parecía decirme cómo hacer las cosas a pesar de que solo tenía un patrón en su memoria y no era el mío precisamente, y a pesar de que estaba llena de botoncitos que realmente no servían más que para que el fabricante cobrase más por todo aquello que en apariencia era magia pero que en realidad era inútil en su mayoría.Al poco determiné que eso era así y que si bien el digital era un avance en algunos sentidos y un atraso en otros resultaba útil en algunas situaciones, era rápido y por lo tanto cómodo, la inmediatez de la idiotez, o la idiotez inmediata si lo preferimos.No, yo tampoco he ametrallado nunca pero esto se justifica, en mi caso, porque soy de los que ha aprendido a hacer fotografías a partir de una profesión y no he permitido ver el mundo de una manera tan fácil como la que me han querido dar a entender, no lo es.Otra cosa es lo banal de lo que hablas eskype, yo no encuentro banal fotografiar bares porque no lo hago pero sin embargo hacer fotografías a la gente dentro de ellos me encanta, esa vida apartada de la calle, esas personas alejadas del tumulto creando el suyo propio, esas luces y sombras llenas de personas individuales o colectivas que ofrecen su intimidad a mis ojos me gusta.Esto me recuerda a un fotógrafo que hizo un gran trabajo, unas fotografías alucinantes, se titula “café lehmtiz”, de Anders Petersen. http://www.anderspetersen.se/cafe-lehmitz-4/
Paco Torres fue la persona que me enseñó el oficio. A él se lo había enseñado su tío, que fue un pionero de la fotografía. Yo antes había recibido clases en Artes y Oficios, donde conocí a Cualladó. Luis Gironés, mi profesor, lo trajo un día a clase. Vimos diapositivas de todos y las comentamos. Fue muy interesante charlar con ese gran hombre. La asignatura se llamaba fotografía artística, y eso se notaba. Cuando salíamos a hacer fotos éramos aficionados, como la mayoría de vosotros. A Paco lo conocí de casualidad. Tenía un estudio en la calle donde yo vivía entonces, cumplía la edad límite de jubilación y traspasaba el estudio. Yo no tenía dinero para el traspaso, y al final pusieron una tienda de otra cosa que no tenía nada que ver con la fotografía. Entonces me vendió material de estudio que ya no necesitaba, y me pidió que le acompañara algún día a hacer fotos. Tenía una colección de miles de placas con las que se habían hecho las postales que yo había coleccionado de niño, y foto fija de rodajes de cine como El Cid, con Sofía Loren. En ese momento pensé que pagaría si hiciera falta por salir a hacer fotos con él. Me enseñó que se podía pintar a brochazos con una antorcha de cine para iluminar una iglesia ó un casino, o hacer un reportaje entero con la iluminación estilo Rembrandt. Conocía a todos los empresarios locales, y lo mismo les fotografiaba sus productos en la Feria, que les hacía el reportaje de boda de los hijos. Allí donde estéis, mi más afectuoso recuerdo a mis maestros, Luis y Paco.