Este verano, tras un par de sobremesas oyéndole hablar a mi suegro y a su hermano del mitológico carballo de Santiago, mi cuñado su primo y yo conseguimos que nos llevaran hasta allí para observar aquel milenario y colosal árbol que poblaba sus recuerdos de la infancia.
Os podréis imaginar cual era nuestra tesitura:
-Encontrarán el árbol?
-Cuando eres pequeño cualquier cosa parece inmensa. No será más que un arbustillo?
-Estarán tan afectados por las bebidas alcohólicas con las que regamos la comida?
Bueno, que un poco dubitativos cogimos el coche y nos fuimos hasta Santiago en el concello de Maceda (Ourense).
Al llegar nos costó ver el árbol, ya que estaba tapado por la vegetación. Pero mereció la pena ir hasta allí. Sin duda es uno de los tres árboles mas impresionantes que he visto en mi vida. Grande de carallo como decimos por allí.
Aqui lo tenéis:
O carballo de Santiago Tiene una especie de plataforma natural a donde nos subimos todos (en la foto yo estaba abajo sacando la foto) en la que se podría montar tranquilamente una mesita para que tomáramos los cinco café. A mí poco me duraron las vistas. Nada más subí uno de mis compis comenzó a gritar que le había picado una abeja / avispa asiática asesina así que volví a bajar, dos de mis acompañantes se tiraron literalmente para abajo y rodaron por el suelo cuál las tropas especiales. Así que cuando conseguimos que uno de los integrantes de los cinco magníficos dejara de tirarle piedras a las avispas asiáticas asesinas abandonamos el lugar y regresamos a tomar café alabando al carballo y meditando llamar a medioambiente para que eliminaran a las avispas asiáticas asesinas.