Luce preciosa, en verdad, con esas clásicas y ortodoxas formas de aquella época cuando las cámaras se fabricaban para que durasen muchos años, no como en aquestos tiempos en que prima la ley de la programada obselescencia, si es que logra anteponerse al consumista arrebato por parte del usuario, alienado por la cultura de lo efímero en que vivimos.
¡Vive Dios, cuán magna diátriba! Conste que la mía intención únicamente era alabar las bellas formas de esa Minolta X-700 que espero disfrutéis con magna salud y alegría, maese Ferran
Un cordial saludo y a disfrutarla.