Así me siento con el juguete que me acaba de llegar: mi Goyo 28mm f:2,8.
Si os digo la verdad, lo compré por el nombre del objetivo, un capricho que me dí. Pero la primera impresión... 235 gramos de metal y cristal, aunque creo que cuando lo limpie bajará (nunca pensé que un objetivo podía acumular tal cantidad de mierda)
Pero al probarlo... otra sorpresa mejor. Que no tendría distorsiones geométricas es algo que me esperaba en una focal fija, pero la total ausencia de aberraciones cromáticas me dejó "pasmao"... y una calidad que de verdad asusta.
Una prueba a ISO 800 y máxima apertura, tirada a pulso (son fluorescentes, así que el color hasta que no lo saque "de paseo" no puedo evaluarlo):
Y otra a F:4
Me parece que este pequeñín, con un poco de suerte, me va a hacer redescubrir esta focal... y quién sabe, hasta olvidarme del Distagon (aunque eso lo veo más difícil
)
Saludos...