Jorge, muchas gracias por el enlace. Ayer mi mujer y yo nos quedamos viéndolo hasta las tantas. Ella no es muy aficionada a la fotografía, pero le encantó sobre todo porque los Woodman, aparte de artistas, son muy, muy americanos en su manera de abordar una vocación, de enfocar el trabajo con total entrega, de motivarse mutuamente dentro del matrimonio, o de hablar sin complejos de sus problemas iniciales, por ejemplo en el aspecto económico.
El documental es muy potente en el sentido en que todos los miembros de la familia hablan muy abiertamente de sus puntos de vista sobre el arte, de las satisfacciones que reporta pero también de las servidumbres que conlleva. Y sobre todo, plantea de manera muy interesante problemas habituales en el artista como la soledad, el miedo a la incomprensión, o la ansiedad devenida de una fuerte ambición.
La narración y los diálogos son muy honestos, y además la tensión aumenta conforme avanza el documental.
De verdad, Jorge, muy agradecidos tanto mi mujer como yo. Lo hemos disfrutado mucho.
Saludos.