Esta mañana he estado en la expo. No es muy grande, no hay ningún dato técnico, ninguna fecha explícita, pocos cartelitos explicativos de aquello que muestran las imagenes, unas 30 fotografías en formato 30x50 (creo) distribuidas a lo largo de tres paredes; todas en blanco y negro, todas (seguramente) con cámara de carrete, todas con los niños como universales protagonistas de la imagen con sus gestos, sus miradas, sus sonrisas y toda su frescura.
Alguna de las fotos es impactante y sobrecogedora: las de Etiopía, absolutamente crueles, todas, las de Africa en general. Ves la diferencia entre ellos y nosotros, la abundancia en la que vivimos. Me han impactado también dos o tres fotos que tiene de la antigua Yugoslavia, quizás justo después de el desmesurado e incoherente conflicto armado que hubo allí no hace tanto. Luego hay también otras fotos de Asia (India, Tailandia) y centroamérica (Nicaragua, México) con pinceladas aisladas de otros lugares (Brasil, Israel, Palestina) y... ¡Barcelona! Me gustaría preguntarle por qué ha elegido una foto hecha en Sabadell para integrarla en la exposición.
Mi mujer me ha hecho un comentario muy gracioso: "si alguna de estas fotos la cuelgan en Canonistas, destripan al fotógrafo". Y creo que tiene su punto de razón. Aunque es evidente que el fotoperiodismo no puede seguir las reglas de la fotografía de retrato, en las fotos de Kim seleccionadas para esta exposición, por lo general, no se puede buscar que los horizontes estén paralelos, que no haya zonas quemadas de luz o zonas de sombra sin ningún detalle, absolutamente negras, que algunos protagonistas se estén quietos, que la composición sea ortodoxa, que la nitidez...
He cogido al salir unos libritos propios de la expo, editados por la CAM, presentando someramente al fotógrafo y a su obra seleccionada. Son tamaño A5, de tapa blanda y papel grueso y, bajo mi punto de vista, guardan el espíritu que ha promovido esta exposición; también reproducen algunas pocas fotografías. Si alguno de vosotros quiere un ejemplar, que no dude ni un instante en pedírmelo, que me pase la dirección y se lo envío por correo. Tengo 12 ó 13, pero si me dáis una alegría porque sois más los que me lo pedís, me acerco y traigo cuantos hagan falta.
