Ayer fui a ver esta excelente película de Michael Haneke. Al margen de por su calidad general, la recomiendo encarecidamente al que le guste la fotografía en blanco y negro, que en esta cinta se debe a la maestria de Christian Barger. Excelente en todos lo sentidos. Me sorprendió especialmente el uso de la luz, muy real y nada efectista, con zonas quemadas que aparecen como tal, algo que no se ve en el cine de hoy en día.
Toda la película es una sucesión de planos que por si solos constituyen fotos de primera, un auténtico goce para los aficionados a la fotografía.
Un saludo