Mi merced tornará más tarde a comentar, pues, cuando son las 13:52 del medio día y con el magno vacío que, a aquestas horas, siente en la suya andorga, no se considera en modo alguno capaz de emitir un comentario mínimamente objetivo sobre lo que, con los condicionantes citados, paréceme una soberbia exquisitez.
Más tarde tornaré a volver a comentar, ya con las mías hambres satisfechas, a ver si la viese de otro más objetivo y ponderado modo...