Una sana envidia, desde luego, aunque me gustaría más expuesto en la vitrina con la F4 detrás.
Para mí la felicidad es reencontrarme con el hijo pródigo. "Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta" (Lucas 15:23)
Me explico. Hace 5 meses que no encontraba un objetivo y hace un rato lo he encontrado ¡debajo de otro objetivo y dentro del parasol!
A todo esto, la felicidad de unos es la desdicha de otros, y si no, ¡que se lo digan al becerro gordo!