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Muchísimas gracias por el enlace, digno de leer. Es muy interesante porque se supone que compramos cámaras para estimularnos y reafirmarnos, pero paradójicamente, y ocurre con toda adicción, deriva en sentimiento de culpa y pérdida de autoestima.Y al igual que ocurre con el alcohol, la línea que delimita el terreno de la moderación es delgada, y quebradiza.Yo no me considero un fotoalcohólico todavía, aunque he de reconocer que cada vez bebo más. El problema es que bebo cuando estoy solo y también en horas de trabajo.
Ayer mísmo vi a una chica con una pedazo reflex de las últimas de canon ,y lo primero que se fueron los ojos fueron a su pantalla superior donde le estaba parpadeando el diafragma porque estaba disparando la foto subexpuesta ,¿me estoy curando? .