Los Sidros van delante de la comedia anunciando con los cencerros la proximidad de los comediantes. Una vez que el público acude, velan por el orden en el corro que forman los espectadores durante la representación y al finalizar ésta recogen el dinero que les dan y realizan concursos de saltos.
Vestidos con pantalón y camisa blancos, faja roja, con ancho cinturón del que cuelgan cuatro cencerros o esquilones, van cubiertos de medio cuerpo arriba por les melenes, una piel de oveja finalizada sobre la cabeza con un cucurucho de unos 60 cms. del que cuelgan cintas multicolores y rematado por un rabo de zorro. Los sidros dan saltos poderosos apoyándose en una pértiga de avellano, a la vez que contornean el cuerpo para hacer sonar los cencerros y moverse el largo pelo suelto de les melenes. De este modo, forzosamente habían de impresionar con su presencia y quedar grabados en la memoria de niños y mayores.