Excelente esa dicotomía, entre el movimiento del gentío y la quietud del aislado maese, plasmada en un blanco y negro que abunda en la fuerza expresiva de la composición, faciendo de ella toda una paradójica metáfora sobre cuán magna la tristeza de la soledad es, cuando uno rodeado de parroquianos se halla.
Recibid un cordial saludo, maese Raulgonzafer.