La primera tiene ese regustillo de lo añejo que le su gracia.
La segunda, con un par de abueletes -de los de boina y bastón- en el banco y quizá algún niño jugando en loa arcos de la derecha, ganaría varios enteros.
La tercera no la veo muy interesante. Ni describe el barrio, como las dos primeras, ni tiene un gran compenente estético que hable por si sólo. Prescindiría de ella.
Saludos.