Os voy a dejar una de las historias que yo escribo basándome en cuentos, leyendas y otras cosas que no son ni lo uno ni lo otro, que son reales.
Esta historia ocurrio tal como la cuento hace ya unos siete años.
Recuerda querido lector que la noche es el mejor momento para leer estas historias, lee de noche pero con precaución, cuidado con la noche, a veces los moradores de la oscuridad rondan los rincones oscuros de tu casa ……. Si escuchas ruidos al final de la escalera o en el oscuro fondo de la habitación es porque quizás no estás solo.
Hace unos años, cuando yo residía en Asturias, llego a mí el rumor de que en cierta parte de un escondido bosque había un lugar, un árbol, ese árbol no era como los demás, ese árbol era especial, extraño, se decía que algo maligno moraba en esa zona del profundo bosque.
Muchas vueltas tuve que dar y aún más preguntas hacer hasta que una tarde, en una aldea alta y algo solitaria de los Picos de Europa encontré a un viejo que sentado en un banco de piedra me oyó preguntar en medio de la calle a una señora si acaso ella sabía de esa vieja historia y de aquel árbol.
Cuando la señora se hubo alejado calle arriba ese viejo me chisto, me hizo una seña para que me acercase a él, y yo así lo hice, me senté a su lado y le mire a los ojos, a aquellos ojos oscuros y brillantes, y el me habló.
El viejo, ya muy entrado en años, me miro varias veces de arriba abajo antes de preguntarme si yo sabía bien de lo que estaba hablando diciéndome finalmente que no era bueno mirar en ciertos lugares del pasado ni tampoco ir a sitios donde habían ocurrido cosas muy malas, eso es lo que me dijo acrecentando así mis ansias de saber.
En ese momento yo empecé a preguntarme si aquello que el viejo me decía no sería lo más sensato, abandonar esa búsqueda y olvidar ese lugar y lo que allí pudiese haber ocurrido porque su tono de voz y sus afirmaciones, sus preguntas, me habían dejado algo meditabundo.
Pensé que esas gentes guardan secretos, los mayores son reservados respecto de temas relacionados con la muerte, lo antiguo, las antiguas creencias y sus temores a lo oculto, a ese oscurantismo practicado hace años durante generaciones, y pensé también en sus ancestros y lo que se ha transmitido de generación en generación al calor de las chimeneas en los crudos inviernos Astures al pie de los Montes de los Picos de Europa, en esa Asturias profunda en tantos sentidos.
Soy persona que gusta de estos temas, de dar y recibir conversación sobre lo oscuro, las deidades, brujas, fantasmas y duendes, las Meigas de los bosques que aquí abundan, y ya llevaba tiempo con ganas de encontrar a algún paisano que se me abriera a este nivel, me costo mucho pero lo conseguí, así que lo que me decía aquel viejo no iba a hacer mella en mí, eso pensé entonces, ahora pienso sin embargo que ojalá hubiese dejado el tema correr y no estar implicado en aquello, no ver lo que vi.
El viejo me volvió a mirar y me dijo: “Si quiere usted saber de verdad lo que ahí allí, en ese bosque y en ese árbol yo se lo diré, pero recuerde que es usted quien preguntó”.
Aquel hombre comenzó a relatar: “Aquí las cosechas y los animales son el medio de vida y por lo tanto la pobreza es grande cuando algo de esto falla, desde hace muchos años y muchas generaciones se vienen desarrollando ciertos rituales al pie de un escondido árbol que tiene una forma demoníaca, ese árbol ha recogido mucha sangre en sus raíces, sacrificios, ese árbol maldito esta manchado en todo lo profundo de su corteza con la sangre de vidas inocentes, ese árbol es una puerta que comunica dos mundos, éste y el oscuro, ése árbol se hace notar cuando te acercas, te hace sentir la presencia de algo maligno que viene dominando a una parte de la humanidad y del ser humano desde el principio de los tiempos, y cuando te acercas lo notas, no es conveniente estar mucho tiempo cerca de él.
Yo se lo he contado, ahora usted verá lo que hace, pero no vaya allí, es malo, no es recomendable, algunos pasan por esa zona y lo hacen a pleno día y solo por necesidad, y a veces cuentan que han visto “cosas”.
Esto es lo que me dijo aquel viejo sentado en el banco de piedra.
Yo naturalmente le pregunté sobre esos sacrificios y sobre qué clase de cosas dicen haber visto y donde podía yo hablar con alguna de esas personas que decían haber visto cosas raras, y el me dijo que no hablarían de ello, que eran cosas que quedaban en los pueblos y entre sus gentes y que no se comentaban nunca fuera de allí, y en cuanto a los sacrificios solo me miro y calló.
Logre finalmente que el anciano me diera la ubicación del árbol, y una tarde, …… casi ya de noche, fui al lugar indicado por esta persona, y allí lo vi, vi y sentí efectivamente su imponente presencia, su tamaño y su forma perfectamente distinguible, tal y como me había relatado el hombre, definitivamente era algo diabólico, su aspecto daba miedo.
Me acerque y prepare rápidamente el trípode y un potente foco porque ya era casi de noche y no quería permanecer mucho tiempo allí, algo me decía que no era bueno estar en ese lugar.
Creo en lo oculto, aquel árbol me transmitía algo malvado.
Os dejo una fotografía, en el momento de hacer la fotografía esto es lo que salió, esta fotografía que os dejo ver es lo que capté con mi cámara.
He vuelto otras veces pero la luz hace la magia, y la magia de aquella primera toma no la he podido volver a captar, he vuelto bastantes veces pero ninguna fue como la primera.
Hasta aquí todo es normal, con un cierto aire de precaución, siempre que he vuelto lo he hecho de día, pero hace un año volví a esas tardías horas, era casi de noche, iba como casi siempre con mi mujer, coloqué el trípode, hice la primera foto y entonces……..entonces ocurrió ……… lo vi con claridad.
Lo que voy a contar a continuación juro que es tan cierto como mi nombre.
En un momento dado y entre el oscuro follaje a pie del camino que se extendía más abajo de nosotros en dirección a la carretera general, vi aquello, y lo vi claramente, por el rabillo del ojo, era una oscura forma, como humana, pero totalmente negra, pequeña como de un metro y medio de altura, que se movía con rapidez cruzando el camino entre los árboles de mi izquierda a mi derecha, y que subía hacia nosotros por detrás, esto lo juro por mi honor, esa forma desapareció entre las sombras al mirarla directamente buscándola.
Mi mujer sabe que no me importa ir de noche a donde sea, y me refiero sin luz ni luna y por caminos o por medio del bosque, meterme en cementerios y en catacumbas yo solo y a oscuras, entro donde sea y como sea, sin temor, pero esa noche, por que ya caía la noche, sentí algo que nunca había sentido, miedo de verdad, de tal modo que recogí el trípode a toda prisa ante la sorpresa de mi mujer, y solo la dije: “Vamos, salgamos de aquí ahora mismo”. Cuando ya estábamos en el coche le describí lo que había visto y sin decir palabra alguno sobre ello ninguno de los dos hasta hoy, nos fuimos a toda prisa de allí.
Aquella noche, ……. aquella noche allí había algo, algo que no quiero volver a ver, allí había una presencia maligna, en ese árbol se han hecho sacrificios, estoy seguro de ello, lo que no sé es si solo de animales, yo sospecho otras cosas malas.
Aquel viejo, …….. lo he buscado, lo encontré un día en el mismo banco hace unos meses, me dirigí hacia el y le mire fijamente, el me devolvió la mirara, me senté y en voz baja le dije: “He estado allí”, el me pregunto: “Lo ha visto usted?”, le contesté: “sí”, él me respondió: “Ahora ya sabe que yo le decía la verdad, espero que eso que usted vio no conozca sus temores ni sus miedos porque “eso” que allí habita si puede se presentará en la noche, en la oscuridad, a por usted, tenga cuidado”.
La situación es tal que no acaba aquí por que hace unas noches, cuando estaba tumbado en la cama, ya era tarde, estaba relatándole a mi mujer que en uno de mis varios blogs de fotografía (que ya he eliminado) había contado yo esta historia y que en un correo me escribieron diciendo haber visto una especie de sombra negra correr por la pantalla de su ordenador cuando miraba la imagen del árbol, ….y fue justo en ese momento, …… en ese momento se encendió nuestra televisión, ella sola, lo juro por mi vida, y no había forma de apagarla, apreté todos los botones, ni cambiaba de canal ni se apagaba, solo cuando quite las pilas lo logré, allí, conmigo había algo, lo note perfectamente, allí había una presencia.
Ahora ya nunca voy a oscuras en la noche, siempre miro detrás de mi, a veces noto algo allí.
Sé que esto no acaba así ni aquí, se que esto volverá a repetirse, “eso” sigue por aquí, me ha encontrado, y a día de hoy cuando pienso en aquello, todavía siento ……MIEDO !!!
Qué curioso, mi pequeño chihuahua de pelo largo no ladra casi nunca pero desde que he abierto la foto para colgarla no deja de gruñir en dirección al cuarto del fondo que tiene la luz apagada, el enano, que pesa kilo y medio, no se aleja de mis pies ......
Esta es la fotografía: