Déme vuestra grandeza las manos, Don Recesvintus! Pues a fe que todas las cosas pasadas asisten mucho mejor y con más vehemencia en la memoria, presentadas con la maravillosa invención del esforzado galo Don Nicéforo, que muestra las desventuras y tribulaciones sufridas bajo el influjo del planeta Marte, como debían ser. Sin añadir ni quitar a la verdad cosa alguna.
Gracias y un abrazo!