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Paco, esta última foto tuya tiene un encuadre interesantísimo, con gran armonía y serenidad en la composición, pero al mismo tiempo con tensión en la perspectiva y en la impresión de volumen, quizá causada por la óptica angular que has elegido.Por otra parte, esta fotografía vuelve a mostrar un tratamiento del color muy personal y elegante por tu parte. Hace tiempo que tengo ganas de decírtelo, y ahora encuentro una oportunidad: tu manera de trabajar las temperaturas del color, los contrastes, los brillos, las saturaciones... me llaman mucho la atención por la manera en que están matizados y orquestados, logrando que cada tonalidad luzca de manera propia pero al mismo tiempo respetando un ritmo y un sentido del orden, y se nota muchísimo en el equilibrio que consigues entre las tonalidades frías y las cálidas, que afloran con energía suficiente, pero sin comprometer la neutralidad global de la imagen, que se aprecia equilibrada y creíble.Con el tiempo me he vuelto un gran admirador de tu manera de trabajar y, sin desmerecer las series de nocturnas que has realizado, es con tu tratamiento de la luz del día con lo que más he disfrutado. Hay elementos en tu fotografía que me recuerdan a José Manuel Navia: en el aspecto plástico, el vigor y la armonía de la paleta de colores; en cuanto al contenido, el arraigo con la tierra, la visión romántica del paisaje y de lo rústico, la búsqueda de respuestas en la historia, la meseta como fuente de inspiración... Sin duda, seguiremos viendo grandes resultados tuyos en el futuro.
Majestad...me gusta y mucho. No puedo ni debo decir nada más a lo expuesto por maese Rubén...que bien escribe el malandrín. Ya le tengo dicho que, si algún día publico un libro, será él quien lo prologue. De nuevo mis felicitaciones, Majestad...a sus pies, siempre a sus pies.
Majestad! No pude resistirme a esa pose de Antonio! Tiene un aura senatorial; si sustituís mentalmente la cámara por una toga, asemeja a todo un patricio. Yo creo que, en una vida anterior, pudo ser un destacado ciudadano de la ciudad eterna y que, al encontrarse en un ambiente conocido, le salió esa apostura desde lo más recóndito de su inmortal alma reencarnada.
El castillo...durante un breve momento el sol del atardecer lo iluminó por completo. Recuerdo estar con Rubén arriba cuando eso ocurrió, asomados a la muralla en la dirección en que Vos os encontrábais con el resto de la mesnada. Imagen sublime la vuestra de la fortaleza, devolvísteis por un momento el antiguo esplendor a sus muros. Dramatismo a raudales.