Una imagen con magna fuerza, merced a esa focal, ese contrastado blanco y negro, ese encuadre, ese contraluz y ese ademán de tan decididamente utilizar el martillo como instrumento de percusión con la campana.
Por lo que contáis, supongo que el proceso de fundición será el de la "cera perdida", que tanto utilizose desde la antigüedad.
Un excelente trabajo, a fe mía.
Un muy cordial saludo.