Pláceme esa composición, con la damisela en primer plano y el tráfico del fondo como al acecho, esperando a que inicie la marcha, como un depredador que atiende a que la suya presa se ponga al descubierto... crea cierta tensión e inquietud por a los peligros que la ciclista damisela se dispone a exponerse. La faz de circunstancias de la joven, acompaña a la idea.
Un encuadre magnífico y un blanco y negro en verdad logrado. Coincido con maese Goyo en que, si el cielo os hubiera acompañado, hubiera sido todo un magno colofón para redondear un muy buen trabajo.
Un cordial saludo, maese Birnbaum.