Seguimos con la visita a Teguise, la antigua capital de la isla, donde encontramos varias muestras de la típica arquitectura local.
La Casa Momumento al Campesino la encontramos en el punto central donde se cruzan la mayoría de las carreteras.
Algo más al sur encontramos la zona de la Geria, donde se concentra la actividad vinícola de la isla, con bodegas de renombre. Trabajan sobre todo los vinos blancos.
El cultivo de la viña es muy diferente al de la península. Dado que Lanzarote es una isla donde la precipitación es muy baja (unos 120mm al año), se utiliza el lapilli volcánico -pequeñas piedrecitas- para recoger la humedad ambiental y que las plantas puedan tener toda el agua necesaria.
Los campos de tierra cultivada conviven a pocos metros con campos de lavas cordadas donde sólo habitan los líquenes y algunas plantas muy resistentes.
Y llegamos al parque natural de Timanfaya, el icono más conocido de la isla. Engloba la mayor parte de las tierras que se cubrieron por la lava en la erupción que duró desde 1730 a 1736 junto con la posterior erupción del 1824. Durante dichas erupciones, casi la cuarta parte de la isla fue cubierta por la lava, arrasando once pueblos, de los cuales, por fortuna nadie murió.
En la actualidad es un espacio muy protegido. Sólo es posible realizar una visita en autobus por el centro de parque -dura algo menos de una hora-, o una visita guiada por un sendero en uno de los extremos, muy interesante esta última, y que quien desea realizarla debe reservarla con antelación.
También hay un segundo sendero que recorre la costa, donde de vez en cuando se realizan visitas guiadas, y que este sí que se puede recorrer libremente.
Aparte de esto, nada de caminar por el parque, ni mucho menos recorrerlo en coche.
Ah, me dejaba el paseo en dromedario, que no hicimos, y desde el que no se ve prácticamente nada. Sólo recomendable para los amantes de dichos animales.
En el interior del parque hay un restaurante donde se cocina con el calor residual que hay en el subsuelo de Timanfaya -una pequeña bolsa magmática a unos 2 km de profundidad-. Comimos allí unos chorizos parrilleros muy buenos.
En el exterior hacen demostraciones del calor que yace en la tierra creando "geiseres" al echar cubos de agua por unos agujeros especialmente preparados. Cosas para turistas...
Al suroeste nos encontramos con las Salinas de Janubio. Un lugar donde adivinamos una puesta de sol excelente... pero donde no nos quedamos.
El Charco de los Clicos o Charco Verde, a menos de 100 metros de la playa, resto de un hidro-volcán, tiene un color característico fruto de la multitud de organismos vegetales en suspensión.
Los Hervideros, donde el agua entra en las rocas, erosionando las imponentes columnas de basalto.
continuará...