Seguramente sea eso, aunque cuando estuve la última vez en Madrid hace dos años me sorprendí de poder comer un ramen con gyoza muy parecido al de aquí. (del normalillo, pero parecido) Eso si, se me hacía raro tener que pagar por los botellines de agua. Y yo metiendo la gamba hablando a la camarera en japonés (restaurante japonés, se suponía) y resulta que era china.