0 Usuarios y 1 Visitante están viendo este tema.
Triste pero cierto, lamentablemente cierto.Ya no es sólo la privacidad, es algo que la gente de a pie ha acabado interiorizando y que da miedo ver:Nos hemos individualizado excesivamente, nos hemos aislado de los demás, ¿cuánta gente sale hoy a la calle sólo a pasear? En sociedad, la vía pública y los sitios públicos en general, se han convertido -con permiso de Arturo Pérez-Reverte- en verdadero ''Territorio Comanche'', donde cualquier cosa -un individuo haciendo fotos, alguien quieto mirando a la gente pasar- es susceptible de ser una amenaza potencial -a nuestra imagen, a nuestra persona...-Es muy triste.Termino con una curiosidad: Ayer mientras daba una vuelta por Madrid con la Canon de carrete por probar el nuevo 28 2.8 que me he agenciado (con respecto a este tema, es curioso que, a más vieja y ''estrambótica'' la cámara, menos amenaza le ven... no sé si ó ) pues me cansé del lío de los de los mineros, y me refugié en la plaza mayor. Estuve haciendo unas fotos más para terminar carrete: una a un niño anonadado frente a las cabras esas que hacen ruiditos insoportables (quién sea de madrid sabe a qué infernal criatura me refiero ) y el padre, raudo, se colocó detrás mío a ver que le había hecho al niño, y cuando vio que no tenía pantallita trasera (¡¿Cómorr?!)se relajó un poco, aún así pegado a mi espalda y se aseguró de que le viera la mirada asesino/despectiva cuando me levanté de echar rodilla a tierra.Total que guardo ya la cámara, y estaba tan a gusto viendo pasar a gente que me quedo un buen rato de pie quieto, observando. Disfrutando de la tarde. A los 20 minutos, una pareja de policías se me acerca y me pregunta que si estoy esperando a alguien, que llevo mucho rato ahí. Les entrego el Dni. Se les objeta que no, no pasa nada, que estaba ensimismado en mis cosas. Ellos, desconfiados, siguen dando la vuelta. Y yo, yo me voy a casa, que hay un límite de tonterías que puedo aguantar en una tarde.Triste, muy triste.