Las dos últimas exposiciones que he visto en Zaragoza han sido el mes pasado.
Una de Catalá Roca y otra de un fotógrafo finlandés llamado Samalatti. Las dos impresionantes. La primera por un positivado de altísima calidad en tamaños grandes y como documento histórico de la España de los 50.
La segunda de una sensibilidad y de una dulzura extraordinaria en tamaños muy pequeños, pero con una calidad de positivado con técnicas muy depuradas. Concretamente una serie de gitanos rumanos que parecían grabados. Me gusto tanto que he ido tres veces.
En este tipo de exposiciones es cuando se confirma que si una obra es buena, no hacen falta gigantismos, puesto que ésta es una técnica que se emplea mucho hoy en día para ocultar la falta de talento.
Parece que cuando una obra es en tamaño mural es mejor, porque da el pego, pero no es así.
Siempre he pensado que para aprender a hacer fotos, lo que hay que hacer es ver obra de otros autores, bien sea en libros ó al natural, y no ver tantas revistas de técnica. Pero parace que hoy en día es lo que predomina.
Saludos, Rafael López.